El gobierno es el más feliz con el triunfo de Chile. Todos sabemos que cuando una selección nacional de cualquier país gana, la disatisfacción con el gobierno de turno cae. La administración de Michelle Bachelet ya supera el 70% de aprobación, y con la goleada 4 x 2 de Chile sobre Colombia es probable que el gobierno de la Concertación toque el cielo. El más triste es el candidato de centro-derecha Sebastián Piñera, quien debía encantar a los jóvenes y a votantes históricos de la Conertación para asegurar su triunfo en diciembre, pero hasta ahora no ha entusiasmado ni a los primeros ni a los segundos, y los votos de MEO y Frei suman más que los de Piñera. Ahora, con la clasificación de Chile, al billonario le costará incluso más persuadir a los electores sobre la necesidad de un cambio.
Analizar el fútbol en sudamérica inevitablemente implica entrometerse en cuestiones políticas. Y es la política la que termina destruyendo al fútbol. Recordemos que Franco manipulaba la liga española para darle los mejores jugadores al Real Madrid y así usar los triunfos del equipo merengue para apaciguar a la población. La Copa Argentina 78 fue usada del mismo modo por la Junta Militar argentina. Marcelo Bielsa, técnico argentino a cargo de la selección chilena, es un hombre que no pudo contra el establishment futbolístico de su país. Felizmente, la pérdida de Argentina fue una ganancia para Chile. Mientras en la angosta franja celebran la clasificación, Argentina, calculadora en mano y dirigida por un toxicómano adulador de Fidel Castro, reza para ir a los play-offs gracias a un providencial gol de último minuto frente a Perú.
La pregunta es inevitable: ¿qué motivó a Argentina para desprenderse de Bielsa? La respuesta todos la sabemos. Bielsa salió de la siempre contundente selección argentina por no ganar una Copa América y por no pasar la primera ronda en la Copa Corea-Japón 2002. Chila jamás ha ganado una Copa América y el mero hecho de clasificar en tercer lugar a un Mundial ya es un triunfo que merece incluso una felicitación de Michelle Bachelet. Los chilenos celebramos terceros lugares. Los argentinos consideran los segundos lugares un fracaso imperdonable.
Bielsa no es un técnico que domine una amplia paleta de tácticas. Es un hombre que tiende en exceso al juego de ataque, justamente lo que Chile no necesita. "Poblar la defensa" ha sido históricamente la táctica chilena. Pero no sólo el ordenamiento táctico de Bielsa es lo que funcionó en Chile, sino además que el estilo de Bielsa se acomoda perfectamente a la mentalidad chilena, que busca siempre un líder que imponga orden y disciplina. Es acá lo que quiero destacar del entrenador del elenco chileno.
En todo grupo humano se necesita un líder. Una orquesta no puede ejecutar una sinfónía sin un conductor. Una empresa no puede llevar a cabo una eficiente división del trabajo sin un gerente. Un equipo de fútbol con un líder como Maradona lleva a Argentina a usar la calculadora y las plegarias al Dios Padre. Un líder como Bielsa logra que el equipo que terminó último en las clasificatorias para Alemania 2006, y hoy el más bajo de estatura física en sudamérica (continente bajo) y de rendimiento históricamente irregular clasifique a una Copa del Mundo, o gane a equipos que se avizoran fuertes como Dinamarca. Estos son logros que van más allá de las expectativas. Tal es la importancia de un líder. Un buen líder logra la sinergia, es decir, hacer que el conjunto rinda. Del mismo modo, un país dirigido por un gran líder lleva a sus gobernados a una mejor calidad de vida.
La pregunta que sigue es, ¿qué determina la calidad y el éxito de un líder? Esto es vital para entender la filosofía que postula este blog. Un líder puede imponerse al estilo socialista o conservador: por la fuerza. Imponiendo amenazas de muerte o cárcel a quien no cumpla la ley. Llevando a cada uno a sacrificarse al extremo del absurdo a nombre del resto. Usando el miedo (o el Estado Policial) como herramienta de control. Exaltando el terror para así gobernar más fácil (imponer el Estado de derecho). Promoviendo la pequeñez y la obediencia en desmedro de la independencia y el escepticismo.
Pero existe otra forma de liderar, y es lo que ha hecho el seleccionador de Chile. El profesor Bielsa impone su disciplina simplemente por presencia. Los jugadores chilenos no hacían caso de las normas de Nelson Acosta y por ejemplo en Dublín fueron a emborracharse, simplemente porque Acosta carece de la fibra de liderazgo que le permita imponer disciplina. Los jugadores ahora saben que obedecer a Bielsa les conviene, porque el técnico argentino es un hombre que infunde respeto por la admiración que produce su dedicación al trabajo y su sed de éxito (y de justa revancha hacia sus connacionales, quienes lo despreciaron injustamente). Es más fácil dirigir a un grupo humano cuando el líder goza del respeto de sus dirigidos, que cuando los dirigidos viven del terror. Vale decir, Bielsa ha sido más bien liberal en su intento por imponer orden. Es más fácil gobernar un país cuando los gobernados confían en sus gobernantes, que cuando simplemente deben acatar la ley por miedo al castigo (esto lo elaboró en extenso el gran eticista chino Confucio).
El chileno tiene especial predilección por la gente que se dedica obsesivamente a su trabajo. A Bielsa le sobra esta obsesión, por ello le llaman "El Loco". Como técnico ha congregado a los más renombrados hombres de negocios de Chile y les dio una charla. Esto es algo inédito. Bielsa debe seguir explotando su prestigio profesional, piedra angular de su liderazgo, si quiere ahora llegar a la final de Sudáfrica 2010.
Cómo técnico ha cometido errores, por ejemplo atacar a Brasil a pesar que el empate convenía a ambos. Pero Chile es un equipo que por demasiado tiempo ha vivido del empate. Estas cosas en Chile se le perdonan a Bielsa.
Pero incluso más allá, el éxito de Bielsa en Chile se debe a que el hombre goza además de la confianza de sus superiores. El zar del fútbol argentino, Julio Grondona, ya lleva más de tres décadas a cargo de la AFA. Los dirigentes están para actividades administrativas, los entrenadores para cuestiones técnicas. Ambos deben ser capaces de comprenderse, pero no de pasarse a llevar. En Chile hemos tenido dirigentes de la ralea de Miguel Nasur, o sea, seres humanos repulsivos. Pero al menos ha habido rotación en los puestos. Hoy coincidieron dos hombres de prestigio como Harold Mayne-Nicholls en la presidencia de la ANFP y Marcelo Bielsa como técnico de la selección. Mayne-Nicholls confía en Bielsa. Los jugadores confían en su técnico. A su vez, Bielsa confía en Mayne-Nicholls. Cuando abunda la confianza fluye el trabajo bien hecho, y el orden es casi espontáneo y fácil de instaurar. La consecuencia es el éxito. La confianza lleva al éxito.
Ahora deseamos a Bielsa con sed de gloria. La carrera de los futbolistas es corta, y si éstos se dejan de puetar y beber, quizás añoren besar y levantar la copa en Sudáfrica y traerla a este lado de los Andres, además ellos, los jugadores, podrán asegurarse su futuro. Sospecho que el primero sabe lo que quiere, y va a hacer lo posible para explicárselo a los segundos. Los chilenos somos derrotistas por naturaleza. Por iniciativa propia somos incapaces de aspirar al éxito. Necesitamos que alguien nos inculque espíritu de superación, y Bielsa tiene el profesionalismo y la locura para infundir la disciplina y pasión que se necesita para campeonar.
Sí, hablo de ser campeones en Sudáfrica 2010.
Analizar el fútbol en sudamérica inevitablemente implica entrometerse en cuestiones políticas. Y es la política la que termina destruyendo al fútbol. Recordemos que Franco manipulaba la liga española para darle los mejores jugadores al Real Madrid y así usar los triunfos del equipo merengue para apaciguar a la población. La Copa Argentina 78 fue usada del mismo modo por la Junta Militar argentina. Marcelo Bielsa, técnico argentino a cargo de la selección chilena, es un hombre que no pudo contra el establishment futbolístico de su país. Felizmente, la pérdida de Argentina fue una ganancia para Chile. Mientras en la angosta franja celebran la clasificación, Argentina, calculadora en mano y dirigida por un toxicómano adulador de Fidel Castro, reza para ir a los play-offs gracias a un providencial gol de último minuto frente a Perú.
La pregunta es inevitable: ¿qué motivó a Argentina para desprenderse de Bielsa? La respuesta todos la sabemos. Bielsa salió de la siempre contundente selección argentina por no ganar una Copa América y por no pasar la primera ronda en la Copa Corea-Japón 2002. Chila jamás ha ganado una Copa América y el mero hecho de clasificar en tercer lugar a un Mundial ya es un triunfo que merece incluso una felicitación de Michelle Bachelet. Los chilenos celebramos terceros lugares. Los argentinos consideran los segundos lugares un fracaso imperdonable.
Bielsa no es un técnico que domine una amplia paleta de tácticas. Es un hombre que tiende en exceso al juego de ataque, justamente lo que Chile no necesita. "Poblar la defensa" ha sido históricamente la táctica chilena. Pero no sólo el ordenamiento táctico de Bielsa es lo que funcionó en Chile, sino además que el estilo de Bielsa se acomoda perfectamente a la mentalidad chilena, que busca siempre un líder que imponga orden y disciplina. Es acá lo que quiero destacar del entrenador del elenco chileno.
En todo grupo humano se necesita un líder. Una orquesta no puede ejecutar una sinfónía sin un conductor. Una empresa no puede llevar a cabo una eficiente división del trabajo sin un gerente. Un equipo de fútbol con un líder como Maradona lleva a Argentina a usar la calculadora y las plegarias al Dios Padre. Un líder como Bielsa logra que el equipo que terminó último en las clasificatorias para Alemania 2006, y hoy el más bajo de estatura física en sudamérica (continente bajo) y de rendimiento históricamente irregular clasifique a una Copa del Mundo, o gane a equipos que se avizoran fuertes como Dinamarca. Estos son logros que van más allá de las expectativas. Tal es la importancia de un líder. Un buen líder logra la sinergia, es decir, hacer que el conjunto rinda. Del mismo modo, un país dirigido por un gran líder lleva a sus gobernados a una mejor calidad de vida.
La pregunta que sigue es, ¿qué determina la calidad y el éxito de un líder? Esto es vital para entender la filosofía que postula este blog. Un líder puede imponerse al estilo socialista o conservador: por la fuerza. Imponiendo amenazas de muerte o cárcel a quien no cumpla la ley. Llevando a cada uno a sacrificarse al extremo del absurdo a nombre del resto. Usando el miedo (o el Estado Policial) como herramienta de control. Exaltando el terror para así gobernar más fácil (imponer el Estado de derecho). Promoviendo la pequeñez y la obediencia en desmedro de la independencia y el escepticismo.
Pero existe otra forma de liderar, y es lo que ha hecho el seleccionador de Chile. El profesor Bielsa impone su disciplina simplemente por presencia. Los jugadores chilenos no hacían caso de las normas de Nelson Acosta y por ejemplo en Dublín fueron a emborracharse, simplemente porque Acosta carece de la fibra de liderazgo que le permita imponer disciplina. Los jugadores ahora saben que obedecer a Bielsa les conviene, porque el técnico argentino es un hombre que infunde respeto por la admiración que produce su dedicación al trabajo y su sed de éxito (y de justa revancha hacia sus connacionales, quienes lo despreciaron injustamente). Es más fácil dirigir a un grupo humano cuando el líder goza del respeto de sus dirigidos, que cuando los dirigidos viven del terror. Vale decir, Bielsa ha sido más bien liberal en su intento por imponer orden. Es más fácil gobernar un país cuando los gobernados confían en sus gobernantes, que cuando simplemente deben acatar la ley por miedo al castigo (esto lo elaboró en extenso el gran eticista chino Confucio).
El chileno tiene especial predilección por la gente que se dedica obsesivamente a su trabajo. A Bielsa le sobra esta obsesión, por ello le llaman "El Loco". Como técnico ha congregado a los más renombrados hombres de negocios de Chile y les dio una charla. Esto es algo inédito. Bielsa debe seguir explotando su prestigio profesional, piedra angular de su liderazgo, si quiere ahora llegar a la final de Sudáfrica 2010.
Cómo técnico ha cometido errores, por ejemplo atacar a Brasil a pesar que el empate convenía a ambos. Pero Chile es un equipo que por demasiado tiempo ha vivido del empate. Estas cosas en Chile se le perdonan a Bielsa.
Pero incluso más allá, el éxito de Bielsa en Chile se debe a que el hombre goza además de la confianza de sus superiores. El zar del fútbol argentino, Julio Grondona, ya lleva más de tres décadas a cargo de la AFA. Los dirigentes están para actividades administrativas, los entrenadores para cuestiones técnicas. Ambos deben ser capaces de comprenderse, pero no de pasarse a llevar. En Chile hemos tenido dirigentes de la ralea de Miguel Nasur, o sea, seres humanos repulsivos. Pero al menos ha habido rotación en los puestos. Hoy coincidieron dos hombres de prestigio como Harold Mayne-Nicholls en la presidencia de la ANFP y Marcelo Bielsa como técnico de la selección. Mayne-Nicholls confía en Bielsa. Los jugadores confían en su técnico. A su vez, Bielsa confía en Mayne-Nicholls. Cuando abunda la confianza fluye el trabajo bien hecho, y el orden es casi espontáneo y fácil de instaurar. La consecuencia es el éxito. La confianza lleva al éxito.
Ahora deseamos a Bielsa con sed de gloria. La carrera de los futbolistas es corta, y si éstos se dejan de puetar y beber, quizás añoren besar y levantar la copa en Sudáfrica y traerla a este lado de los Andres, además ellos, los jugadores, podrán asegurarse su futuro. Sospecho que el primero sabe lo que quiere, y va a hacer lo posible para explicárselo a los segundos. Los chilenos somos derrotistas por naturaleza. Por iniciativa propia somos incapaces de aspirar al éxito. Necesitamos que alguien nos inculque espíritu de superación, y Bielsa tiene el profesionalismo y la locura para infundir la disciplina y pasión que se necesita para campeonar.
Sí, hablo de ser campeones en Sudáfrica 2010.
1 comentario:
la gran virtud de Bielsa Es la Inteligencia y la humildad La sociedades, históricamente nos han demostrado que desean líderes que los dirijan Con respeto, la filosofía de Bielsa es que todos son la solución en este proceso y reconocimientos a sus dirigidos... Enhorabuena!! Señor Bielsa Chile se lo agradece y Dios lo bendiga a Ud y familia,,,La justicia es la reina de todas las virtudes… Si no hay un respecto sagrado por el.... trabajo.. por las leyes y las autoridades, la sociedad es una confusión, un abismo; es un conflicto de hombre a hombre” atte Luis Bustamante. Stgo de Chile..
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