Como ateos, es nuestro deber resistir ante la opresión que ejerce el lobby religioso. En este artículo comentamos el fenómeno del Nuevo Ateísmo y el Ateísmo Militante
Europa occidental intensifica su postura secularista como reacción ante el surgimiento del fundamentalismo musulmán, pero América Latina se vuelca no al humanismo sino que hacia los cultos evangélicos, abandonando lentamente la raigambre católica, mientras el Medio Oriente termina por sumergirse en el fanatismo. Llegó la hora de sacar la voz y defender el laicisimo y no claudicar ante los lobbies religiosos.
La modelo inglesa Katie Price ha llenado las portadas de la prensa sensacionalista británica con sus escándalos, amoríos con futbolistas, y con el tamaño descomunal de sus implantes de silicona. Conocida también por su nombre “artístico”, Jordan, publicó una biografía en el que revelaba escándalos varios y fotos donde la ropa escaseaba. Su libro, “Jordan”, fue un éxito demoledor. Luego de su exitosa aparición en el reality show I’m a Celebrity, su popularidad adquirió tonos épicos al contraer matrimonio con uno de los encerrados, el mediocre cantante Peter Andre. En un episodio del reality, él se acerca a ella y la acaricia. Mientras ella disfrutaba del coqueteo, la cámara lo muestra a él con una erección imposible de ocultar. Después de su matrimonio, Jordan publica otro libro, llamado esta vez “A whole new world”, donde muestra su transición de chica salvaje y fiestera a una respetable dama casada. Pero los detalles jugosos abundan. En uno de los pasajes más escabrosos, ella describe la primera vez que vio desnudo a su actual marido, calificando el miembro viril de éste como con el neologismo “dickalicious”. Con estos dos libros, Jordan es una de las poquísimas personas en el mundo que ha editado más libros de los que ella misma ha leido. A nadie le extraña que vayan más de 120 mil copias vendidas. Lo que a muchos sí les extraña es que el científico de Oxford, ya comentado en Chile Liberal, el profesor Richard Dawkins, haya doblado en ventas a Jordan, con un tema que parecía improbable de superar a la farándula: el ateísmo. Cuando el ateísmo vende más que las tetas de silicona y los escándalos sexuales, es hora de estudiar el fenómeno a fondo... algo está ocurriendo.
Pero de fenómeno best seller pasó en un abrir y cerrar de ojos a converetirse en una corriente intelectual y, de a poco, social y, quizás política, y de ahí ya notamos que ha adquirido tal vigor que se multiplican los blogs, conferencias y, desde luego, libros que llaman a no creer en dioses y a rechazar las religiones. Sí, porque de simples opiniones sobre la existencia o no de dios, la discusión se ha vuelto vehemente. Así como hubo una época en la que ser gay era considerado una especie de enfermedad o trastorno siquiátrico, lo mismo ocurre hoy con el ateísmo. Los gays comenzaron a sacar la voz y, como se dice comúnmente, a salir del clóset. En Europa hay países con primer ministros gays y ciudades con alcaldes de las más diversas opciones sexuales. Después del ataque a las Torres Gemelas, Dawkins ha hecho un llamado a que los ateos también salgan del clóset y defiendan con orgullo el no creer en dioses ni el participar en cultos de ninguna especie. Quizás en un futuro cercano, un presidente chileno o un alcalde podrá decir que es ateo sin que se le asocie con ser inmoral, vacuo, o simplemente “enfermo”.
Muchos se confunden y creen que los comunistas eran ateos. En Chile, la mayoría de los comunistas o socialistas sólo se denominan “agnósticos”, mientras que sus inspiradores soviéticos cerraron las iglesias ortodoxas pero abrieron la tumba de Lenin como centro de peregrinación e hicieron de su ideología un objeto de culto religioso. El marxismo siguió idolatrando figuras divinas, y convirtiendo “hechos no comprobados en verdades eternas, mediante la coacción de instituciones”. Lenin pasó a ser Jesús. El clérigo, la nomenklatura. Dios, el Estado. Como vemos, el comunismo fue el trueque de una religión por otra (e incluso, más maligna).
El ateísmo vivió sólo una época de esplendor durante la Inglaterra victoriana producto de la publicación en 1859 de On the Origin of the Species, del científico inglés Charles Darwin, figura insipracional para Chile Liberal. Desde entonces el ateísmo ha ganado algunos adeptos, quienes siempre han tenido que disimular su postura. El fanatismo cristiano, en cambio, cobró nuevos bríos con George Bush y su defensa del Diseño Inteligente. Ya hemos visto en este sitio que la evolución de las especies es el último argumento a favor del lobby religioso, sin éste, simplemente las religiones muestran sus enormes vacíos. Hoy sólo en EEUU y sudamérica se defiende la validez literal del Génesis. La única manera de intentar mantener en pie las religiones es desacreditando a Darwin mediante el Diseño Inteligente.
El fanatismo musulmán, por su parte, ha lavado los cerebros de millones, al punto de que esta religión es el principal impedimento para que florezca la democracia. El único país moderadamente democrático en el área de acción musulmana es Turquía, gracias a los fundamentos seculares de su gobierno. Desgraciadamente, la democracia turca zozobra y se ve venir el fantasma de la teocracia. El mundo ve con pánico como otro teócrata musulmán, Ahmadinejad, intenta desarrollar una bomba nuclear y al mismo tiempo llama a “borrar a Israel del mapa”. El estado israelita, a pesar de los intentos democratizadores, ha sido presa de los teócratas y la opresión a los palestinos ha generado tensiones que mantienen al mundo en ascuas. Detrás de toda esta demencia, se encuentran las religiones.
Pero en general, y particularmente en los países anglosajones, los ateos parecen despertar de su letargo y ya no están condenados a vivir recluidos. Dawkins ha iniciado toda una revolución, y Chile no debe tomar palco, sino que asumir un papel protagónico.
El nuevo ateísmo, y el ateísmo militante
Los impulsores del nuevo ateísmo son básicamente angloparlantes. Los nombres Daniel Dennett, Christopher Hutchins, Sam Harris y, desde luego, Richard Dawkins, son relativamente desconocidos en el mundo hispano, pero Chile Liberal los recomienda (vean sus vínculos). Uno de los autores más debatidos del momento es Christopher Hitchens, quien define el monoteísmo como un “plagio de un plagio de una habladuría de una habladuría, una ilusión de una ilusión, cuyo origen es un invento de hechos jamás ocurridos”. Hitchens, amigo personal de Dawkins, ha publicado el libro God is Not Great, Cómo la religión envenena todo, justo en semana santa, y ha llevado el concepto de nuevo ateísmo a un ateísmo militante que descarga toda la furia dawkiniana de manera clara y combativa.
Hitchens plantea la posibilidad de que el (sic) “profeta” Mohamed fue un epiléptico, ha calificado a Gandhi como “personaje oscurantista” que desvirtuó y retardó la independencia de India, y ha dicho que Martin Luther King fue un “plagiador y orgiástico, mientras que el Dalai Lama es un “principito medieval” parte de una “elite monástica de parásitos”. Como pueden ver, el mensaje de los líderes del nuevo ateísmo es más bien confrontacional, por decir lo menos.
Sam Harris, mencionado anteriormente, ha llevado la lucha a un nivel que incita ciertamente a la violencia. Su punto de partida es la defensa de la democracia y los valores de la tolerancia, pero todos sabemos que en el medio oriente es imposible. Salvo, como vimos, Turquía, todos los países musulmanes son ferozmente religiosos y lo que Harris sugiere es que el daño propinado a los musulmanes es de tal severidad (todos hemos visto a musulmanes con AK47 llamando a asesinar a todos los no conversos al islam), que la peligrosidad de esta religión haría del exterminio masivo de musulmanes un acto “ético” (textual: some propositions are so dangerous that it may even be ethical to kill people for believing them). Es decir, la furia de los ateos se está convirtiendo en intolerancia, justamente lo que los mismos ateos queremos evitar.
Chile Liberal celebra la causa del raciocinio, la ciencia y el debate inteligente, siendo el secularismo el elemento primordial para que susbista la tolerancia, por lo mismo, no podemos refrendar estos actos de extremismo secular. La mejor manera de desenfrascar a los religiosos de sus creencias, es mostrándoles las verdades de la ciencia y el valor del racionalismo. Después de todo, recordemos que quienes creen en dios sufren de una enfermedad mental, y del mismo modo que no es ético asesinar a un esquizofrénico, es imposible que lleguemos a justificar la muerte de un religioso.
El problema del medio oriente
Turquía era el único país donde el secularismo parecía ir ganando terreno y donde la democracia podría avanzar. Desgraciadamente, la causa secular en Turquía ha sufrido un revés debido a las presiones indebidas del ejército turco, que promueve el secularismo, y las intromisiones inaceptables en materias gubernamentales del primer ministro Recep Tayip Erdogan al intentar designar a Abdullah Gul como presidente, este último no ha ocultado sus simpatías hacia la religión musulmana. La Unión Europea debía estrechar lazos con Turquía, pero las posibilidades se han visto desechadas con la elección del conservador Nicolas Sarkozy quien ha sido enfático en rechazar la posible aceptación de Turquía en el club de los 25. EEUU está maniatado producto del disparate en Iraq, y depende de la cooperación turca. El resto del medio oriente es territorio perdido. Gracias a la incompetencia de George Bush, Iraq se ha radicalizado y está a punto de caer en una guerra civil entre chiitas y sunitas (conflicto religioso, nuevamente), mientras que en Afganistán los talibanes aún no retroceden. Las invasiones norteamericanas no han hecho otra cosa sino exacerbar el fundamentalismo. No es de extrañarse, ya que el mismo Bush es un cristiano.
Libre comercio y ateísmo
Quizás la solución sea el estrechar los lazos comerciales mediante el libre comercio. La creación de mercados con estos países agilizará el intercambio cultural, por tanto, y aunque parezca inmoral, occidente debe mantener sus vínculos comerciales, más allá de los países petroleros, sino que usar el libre comercio como una herramienta de transmisión de los valores universales de la democracia y la libertad individual. Para ello, es imperativo no aplicar embargos, y sí recurrir a una combinación hábil entre comercio y relaciones diplomáticas. Tal como lo hizo EEUU en el pasado becando a estudiantes latinoamericanos para que volviesen a sus países a propagar las bondades del libre comercio ("Chicago Boys", por ejemplo), el imán de la educación occidental puede emplearse para reeducar las mentes más brillantes del mundo musulmán y mandarlos de vuelta a sus países para que extiendan los ideales occidentales del secularismo, racionalismo, igualdad entre hombre y mujer, libre comercio, etc.
El ejemplo de Irlanda del Norte
Después de décadas de horribles atentados, sectarismo y odio, católicos y protestantes se percataron de que existe una manera racional de resolver los conflictos. La forma en que el terrorismo de ambas facciones entendió el mensaje demuestra la validez del libre comercio, y probablemente corrobora nuestro punto sobre cómo influir en Medio Oriente. Históricamente, Irlanda fue un país pobrísimo, su único producto de exportación era ciudadanos angloparlantes relativamente cultos, con un hambre bolchevique, dispuestos a trabajar en Nueva York dirigiendo el tránsito o tirando palas en Londres con tal de subsistir. Pero la República de Irlanda comenzó a abandonar el catolicismo, y su economía acabó por situarse en el quinto puesto entre los países de más altos ingresos del mundo. Tal fue el impacto que produjo el desarrollo económico al sur de la frontera irlandesa, que desde el norte los jóvenes comenzaron a emigrar no a Londres ni a Australia ni a EEUU, sino al sur de la frontera. Luego de un tiempo, esos mismos jóvenes volvían los fines de semana a sus familias y amigos en Belfast y contaban en los pubs de la ciudad las historias de su nueva vida en la próspera Dublín. Los ingresos aumentaron, y en El Norte también quisieron disfrutar de la vida y del bienestar material. Los terroristas católicos y protestantes se encontraron postrados en sus miserables esondites, mientras la nueva generación sólo quería paz y prosperidad. Y trabajo.
El líder protestante Ian Paisley y su par católico Gerry Adams decidieron deponer la actitud belicosa, y el pueblo irlandés lentamente supera las demenciales pugnas dogmáticas y comienza por fin a discutir lo que importa: cuánto pagar en impuestos, qué medidas adoptar para mejorar la educación, cómo distribuir la riqueza.
El bienestar material permite satisfacer las necesidades más apremiantes de los individuos, alimentación, abrigo, vivienda. Luego, es natural que el hombre comience a observar y cuestionar la realidad, el trabajo también permite disfrutar del dinero y del tiempo de ocio, y la consecuencia lógica es el florecimiento del arte y la cultura. De ahí que en Chile Liberal siempre insistamos en la importancia del libre comercio y de la generación de riqueza. Tal como en la Antigua Grecia, donde la filosofía surgió a partir del bienestar material, lo mismo ocurre en Irlanda. El embrutecimiento que producen los conflictos religiosos se pueden pulir cuando se exaltan los valores como la dedicación al trabajo, el orgullo profesional, y la paz que trae el progreso cultural, deportivo, artístico y científico. Y todo esto encuentra su fundamento en el libre comercio.
Este es un buen momento para abrir más mercados, más sofisticados y más profundos en América Latina, así derrotaremos la pobreza y el hambre, y no con milagros absurdos de algún ser fantástico que mutiplica los panes o un cura que acarrea niños huérfanos. Los cultos evangélicos han ganado mucho terreno y hay que ponerles atajo. Nuestras economías y nuestros gobiernos deben procurar liberalizar los espacios de intercambio para dejar que el papel civilizador del mercado haga su trabajo. Debemos promover los mismos principios en Medio Oriente y África. Esta es la mejor forma de crear un mundo mejor, sin religiones.
La experiencia nos dice que a medida que aumenta la prosperidad en los países, los fundamentalismos se esfuman. Europa del Norte es el gran ejemplo. Esta es la perspectiva que debemos promover en los sectores subyugados ante el fundamentalismo, y no la actitud extremista de algunos "nuevos ateos", que si bien es entendible, es inaceptable.