Al leer el artículo
Los misterios que comienza a develar la Virgen de Peñablanca en el ultraconservador periódico
El Mercurio, es fácil caer en la tentación de considerarnos un país bananero. El problema es que algo similar ocurre en Lourdes, Francia, tal como informa
The Guardian en el artículo
El milagro del turismo convierte el agua en dinero. Ambos países tienen intereses creados en las "apariciones", y los líderes políticos no podrían dejar de sacar provecho.
En Chile no tenemos una tradición racionalista, no tuvimos a
les philosophes, nunca decapitamos a los curas y las monjas en la guillotina. Jamás nos rebelaríamos contra nada: nuestro derrotero es obedecer, y callar. El estoicismo es nuestra ley. Quizás por eso las apariciones de la "virgen" en Villa Alemana durante la década de 1980 son incluso más grotescas que en Lourdes, Francia.
Resumamos la historia chilena a grandes rasgos: de 1983 a 1988 -en plena dictadura- a un adolescente chileno llamado Miguel Ángel se le apareció la virgen; se culpó a la Gestapo criolla, la CNI, de organizar este montaje; el país atravesaba por una grave crisis social y económica y el régimen militar -se rumorea- fabricó la historia para distraer a la opinión pública; la asociación Vaticana desestimó las apariciones y expulsó al cura que sí creía en ellas; el tal Miguel Ángel presagió a Augusto Pinochet el atentado que casi le costó la vida en 1986; Miguel Ángel se convirtió en transexual y ahora se llama Karole Romanov; ella dice que la virgen aún se le aparece.
Como veíamos en
virginidad de maría la historia de la virgen es falsa, es un error de traducción de la biblia. Sin embargo, los católicos, como sufren de delirios, creen que la virgen se les aparece, y les habla, y les entrega mensajes de dios. ¿Cómo determinan cuáles apariciones son verídicas y cuáles no? Al parecer tienen "teólogos" y "mariólogos" dedicados a investigar con métodos que no son científicos. Joseph Ratzinger ha autorizado celebrar ritos (misas) en los cerros de Villa Alemana, lo que no debe extrañarnos.
Lo que sí extraña, y aterra, produce vergüenza ajena y estupor, es que el tal Miguel Ángel/Karole Romanov se haya entrevistado con todas las más altas autoridades de la época. En el artículo se aprende que el almirante Merino creía mucho en la virgen. Los católicos, en su mayoría pinochetistas, aseguran que en el automóvil atacado por los extremistas en 1986 se formó una silueta de la virgen, lo que salvó al dictador de la muerte por un pelo (tal como salvó a Wojtila). Es lícito preguntarse por qué la virgen -siendo tan poderosa- no evitó el ataque desde un principio, en vez de aparecer a última hora; o por qué siempre se aparece a gente campesina e ignorante, y por qué por ejemplo no se apareció en Tailandia una media hora antes del tsunami en el año 2004 y dijo: "muchachos, viene una hola de las rechuchas, ¡aprieten!". La virgencita había salvado doscientas mil vidas. Pero no, ella se aparece a pastorcitos, monjitas, y siempre en países católicos. ¿Por qué no se aparece en Japón, o Punjiab? ¿O en Bagdad, justo antes de que un lunático ponga una bomba en un colegio y despedace 60 niños? ¿Por qué no se le apareció a Charles Darwin o John Stuart Mill? No, ella se aparece a ignorantes.
Un detalle: Miguel Ángel/Karole estaba aspirando neoprén cuando se le apareció la virgen.
La Gestapo al parecer le puso "corrientita" a Miguel Ángel. A los creyentes la virgencita les daba órdenes: "coman tierra", "tienen una hora para almorzar", "vayan a mear". Esos son los ignorantes del pueblo, y los líderes del pueblo se entrevistaban con el vidente.
Chile está mal de la cabeza.
En FranciaEl problema realmente serio es que el Vaticano a veces sí acepta apariciones reales, después de sus rigurosas "investigaciones". La más notable es en Lourdes, donde la virgen se apareció en una gruta a una joven campesina hace 150 años. La gracia de esta virgen es tiene poderes curativos: ha curado milagrosamente a 66 personas. Salvo que más de 50 mil personas visitan la gruta cada año.
Nuevamente, esto no debe tomarse a la ligera. Acá hay cientos de miles de personas enfermas que viajan hasta Lourdes, beben agua, lloran, repiten como loro "dios te salve maría" , pero resulta que no se sanan. Esto tiene serias repercusiones en la salud mental de quienes no experimentarán mejora alguna (dicho de paso, el 99,9%), e incluso, pueden empeorar al ver que la virgen no mueve un dedo por ellos (de hecho, así es).
¿Hasta cuándo se le toma el pelo a la gente cuando se encuentra en situaciones límite?
Richard Dawkins, favorito ya de este sitio, viajó hasta Lourdes y encaró al charlatán de sotana a cargo de este circo. Vean el extracto en Lourdes del documental
The God Delusion (vean por favor en particular desde el minuto 3:30, y la respuesta del cura a Dawkins):
El Vaticano (con Joseph Ratzinger a la cabeza) ha vuelto
a dictar las infames "indulgencias" en Lourdes, en otras palabras, se están emitiendo documentos escritos para que los peregrinos, después de la muerte, pasen menos tiempo en el Purgatorio. Peor aún es que a este loquito de sotana blanca, que no se arruga al abusar de los dementes que creen en estas sandeces, cuenta con el beneplácito de Nicolas Sarkozy, presidente de la laica república francesa. ¿Qué pretende Sarkozy? Más de 60 grupos laicisitas han manifestado su rechazo a las payasadas de
le président bling-bling.
La realidad es bastante práctica. Después de París, Lourdes tiene la más alta concentración hotelera de la nación gala. Los 6 millones de turistas (peregrinos) anuales son una fuente de ingresos para la zona. En la tienda de souvenirs se venden botellas con agua milagrosa, monitas de yeso de variados tamaños, medallones, rosarios, sacacorchos y vuelos en Vatican Airlines. No por nada se le llama el
Disneylandia de Dios (y quizás Ratzinger, tal como antaño, comience a cobrar por las indulgecias).
Lourdes no se escapa a la ley universal de la oferta y la demanda. Una hamburguesa que debiera costas 50 centavos, gracias a los seis millones de turistas, se vende a 6 €. Ninguno de los residentes del pueblo se va a oponer a que les cierren su fuente de ingresos, la virgen de Lourdes.
Da risa, y rabia. También da pena, y vergüenza. La próxima vez que vean la devoción de las diabladas a la virgen en La Tirana, a los ridículos arrastrándose a Lo Vásquez, a Karole Romanov pidiendo que coman tierra, o a los enfermos en camillas llegando a Lourdes, quizás gastando el dinero de toda una vida con tal de que la virgencita cure al familiar enfermo, cuando vean todo eso, recuerden que la fe significa creer sin pensar y sin cuestionar. Cuando puedan, extiéndanle una mano amiga al creyente, porque es un enfermo mental, y en su padecimiento se merece respeto.
(Nota aparte: en el documental
The root of all evil, vean por favor
esta parte, minuto 4:34, a Richard Dawkins enfrentando al oligofrénico pastor Ted Haggard)