lunes, 31 de marzo de 2008

1990 de la era común: Désenchantée

Je cherche une âme
Qui pourra m'aider
Je suis d'une géneration désenchantée...

Désenchantée

El año 2008 tiene un simbolismo muy importante para Chile. Este año obtienen su derecho a voto y entran a la universidad todos quienes nacieron en 1990, el año que cae la dictadura de Pinochet, comenzaban la incertidumbre de la transición y la magna tarea de la reconciliación. La economía crecía sostenidamente, pero los ojos estaban puestos en aquellos señores de clase media que le darían la necesaria legitmidad democrática al modelo económico. Chile se abría al mundo. Por un momento creímos que la alegría ya viene.

Somos la generación decepcionada.

Chile crece, aunque menos de lo que debería. Las libertades individuales siguen siendo fuertemente cuestionadas, y muy mal entendidas, y poco defendidas. La corrupción comienza a aparecer como manchas de humedad, y tememos que el problema de probidad sea difícil de solucionar. Se nos prometió un país desarrollado el 2010. Somos la generación decepcionada.

La propia democracia chilena cumple la mayoría de edad: 18 años ininterrumpidos de elecciones y de gobiernos elegidos libremente.

Este año entran a la universidad quienes se educaron íntegramente en democracia. ¿Han recibido la educación que se merecen? ¿Hemos diseñado un sistema educacional que esté a la altura de nuestras expectativas y que genere los resultados esperables de acuerdo a los presupuestos asignados?

En 1990 sonaba en Francia un tema buenísimo que también fue hit en Chile, se llama Désenchantée, de la "Madonna francesa" Mylène Farmer. Pueden leer en esta entrada de Wikipedia el impacto que produjo la canción en el ambiente político de la juventud de principios de los 90. El texto se inspiró en el filósofo y ensayista Emil Cioran. Desde aquella época la nación gala cayó en un hiato político que duró casi dos décadas, si es que consideramos a Sarkozy el comienzo de una nueva era (algo cuestionable). ¿Continuaremos el mismo derrotero los chilenos? Este tema, que puede ser considerado un tema de protesta, tiene un toque electrónico que lo hace uno de mis temas favoritos. También se puede protestar en las discotecas, ¿o no?

No quiero ser pesimista, pero seamos realistas: ¿estamos dónde queremos? ¿Hemos avanzado lo que debíamos? Yo creo que sí, pero podíamos mucho más. Los señores de clase media de la Concertación dieron paso a una madre soltera agnóstica que -como advertí en su momento- no era apta para el cargo. Ellos han ganado mucho dinero recordándonos cada vez que la dictadura era peor, como si no lo supiésemos. El actual gobierno, ahora en el "segundo tiempo", era la posibilidad de despenalizar el aborto, de abordar el tema del matrimonio gay, poner a la Iglesia Católica en su lugar, y de cosechar los resultados de una verdadera reforma educacional, aparte del necesario reemplazo del sistema binominal. Tuvieron mayoría absoluta en el Congreso y no hicieron nada, o casi nada. En realidad, nada se esperaba en cuanto a reformas económicas, pero sí sociales. Sólo se logró legalizar el divorcio y vender la PDD. Nuestra presidenta incluso tiene problemas para llamar terroristas a las FARC.

Una economía avanzada demanda una sociedad avanzada. Una economía pujante no puede florecer en una sociedad retrógrada.

Al final del video (una minipelícula), Mylène libera y lidera a los prisioneros a través de la estepa, y se me viene a la mente la frase inmortal de aquel personaje infame: Libertad, ¿para qué?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En verdad es decepcionante que los gobiernos concertacionistas (asumiendo que no avanzarían en lo referente al liberalismo económico), no hayan aprovechado su tiempo para hacer reformas en torno a las libertades que llaman "sociales" (¿por qué las llamaran así?). En cambio, han ocupado su tiempo en robar algún dinerillo, acrecentar el aparato estatal y mermar algunas libertades.
Me parece emblemático el caso de la Píldora del Día Después. Creo que el debate en torno a ella fue decepcionantemente adoptado por los sectores conservadores como un tema moral. En realidad, tal vez sí sea un tema moral, pero creo que se concentraba más bien en un conjunto de opiniones a favor y en contra: y si hablamos de opiniones, más vale aplicar un criterio objetivo. Yo mismo opinaría —conservadoramente— en contra de la Píldora, pero asumiendo dos consecuencias: 1. que estoy "ensuciando" la discusión con algo que me parece secundario frente a lo principal del tema, y 2. que no se trata más que de mi opinión y no tiene el valor de una verdad certera. Porque lo medular del asunto estuvo en que un conjunto de farmacias fue obligada a vender un producto que —por casualidad, poca conveniencia o lo que sea— no estaban obligadas a vender. Si el Estado tiene la obligación de asegurar el derecho de acceso a la Píldora, entonces debe usar sus propias instalaciones y sus propios medios para repartirla en todo el territorio nacional (o contratar a empresas para que lo hagan); pero no puede obligar a particulares con intereses propios a vender algo que no quieren (o no les llama la atención, etcétera). Esto último me parece verdaderamente aberrante y creo que pocos le han dado la atención debida, atolondrados por el debate moral que inundó las páginas de periódicos y blogs.
Y he aquí, pues, cómo los gobiernos concertacionistas no sólo han avanzado levemente en cuanto a las libertades "sociales", sino que han aprovechado el tiempo para mermar otras. Y estimo que, si debemos admitir que sólo la Concertación y la Alianza seguirán teniendo las primeras mayorías, es necesaria una alternancia constante en el poder, para que podamos obtener los beneficios de uno y otro sector, evitando asimismo sus perjuicios (el estatismo económico de la Concertación y el conservadurismo moral de la Alianza, principalmente).

Chile Liberal dijo...

@Cristian Mancilla: la libertad social o "social liberties" aparecen en Sobre la libertad, de John Stuart Mill. Básicamente, se refieren a los espacios de libertad de los que gozan los individuos ante el gobierno.

Nota que en Inglaterra existen cupones para que las adolescentes que no tengan dinero puedan adquirir la PDD en las farmacias, como un "cheque para la píldora". Me pregunto por qué quienes más defienden el "cheque escolar", a la vez se oponen a estas medidas. Yo invito a defender todas las libertades, sean individuales, sociales, económicas.

La cantidad indiscriminada de hijos de madres adolescentes constituyen un efecto nocivo para la sociedad y explican los altos niveles de delincuencia. Distribuir una pastilla que evita embarazos no deseados, a quien las SOLICITE, no debiese afectar a nadie (el doctor Croxatto, el darling de la Pontificia UC, reconoce que no es abortiva, en caso que el lobby pro-vida comience a chillar). Será entendible el oponerse si el estado OBLIGASE a tomarla. El estado acá simplemente pone a disposición una tecnología demandada por un individuo. No había motivo alguno para oponerse.

Sin embargo, mientras no haya una Oposición capacitada para gobernar mejor que el gobierno, no es necesaria la alternancia. Dicho lo anterior, la tesis del desalojo de Allamand es válida en la medida que la Moneda sea ocupada por gente más capaz que la Concertación, y la Alianza no ha dado muestras de aquello.