EEUU fue poblado en un principio por todos aquellos que huían de la persecución religiosa en Europa. Las muchísimas denominaciones protestantes desde siempre debieron comprender el significado de la palabra tolerancia, si es que querían sobrevivir. El papismo ha sido ajeno a EEUU, o al menos no fue parte de la esencia blanca, anglosajona y protestante. Sin embargo, los inmigrantes polacos, italianos e irlandeses llevaron esta ideología al país del norte. La paradoja es que los Padres Fundadores eran secularistas acérrimos, y fueron ellos los que garantizaron a libertad de culto. (Y vean la diferencia: EEUU, país fundado por ateos, hoy es rico. Paraguay, fundado por jesuitas, país pobrísimo.)
En realidad, yankilandia es un país curioso. Mientras retrocede la religiosidad en Europa, en EEUU aumenta. Quizás las incesantes oleadas de inmigrantes siempre han encontrado acogida en las religiones, de ahí que sigan con viento en popa. La infame frase "In God We trust" fue acuñada en 1957. Probablemente el culpable de la intromisión de las religiones en la política fue el pastor evangélico Martin Luther King. En contraste, la República Francesa en 1905 consagró en su Constitución que Francia es un estado laico. El papismo en Francia es una reliquia de museo. En EEUU, todas las religiones gozan de excelente salud. Incluso los musulmanes viven plácidamente. ¿Quizás esto explica los problemas con minorías religiosas en Europa, y no en EEUU?
La visita de Ratzinger es motivo de algarabía para las hordas papistas, más aún con la oleada de inmigrantes hispanos. Pero este sujeto, José Ratzinger, ciudadano de origen alemán, soltero, sin hijos, y de 81 años, enfrentará varias protestas por parte de víctimas de abusos sexuales. Los escándalos han sido varios, y como de costumbre, se reubicó a los miles de degenerados, hasta que la situación se hizo insostenible y la agrupación comandada por Ratzinger debió indemnizar a las víctimas.
La iglesia de Roma deberá trabajar arduamente para evitar la quiebra, ya que sus arcas se están vaciando luego de los jugosos desembolsos a las víctimas (en su mayoría, niños varones).
A ver si un milagro esta vez los salva. Si su ídolo les enseñó a multiplicar los panes y el vino, esta vez tendrá que multiplicar los billetes.
El silencio culpable que guardó esta agrupación al saber la verdad de los hechos les valió el repudio internacional. No olvidemos que la actitud neanderthal de Wojtila hacia las mujeres les significó el desprecio de la comunidad feminista. El inmiscuirse en política, el hermetismo ante el Holcausto judío, y su actitud hiper-reaccionaria hicieron que sus órdenes sacerdotales se desplomaran en menos de dos décadas. Sus templos en Europa se convierten en bares y discotecas. La defensa absurda del celibato los convierte en objeto de burla. Todo se produjo bajo las narices de sus últimos dos directores.
A fin de cuentas, el propio Wojtila, con la invaluable ayuda de Ratzinger, se convirtieron en los principales aliados de la causa antipapista. Mi saludo a ellos.
En realidad, yankilandia es un país curioso. Mientras retrocede la religiosidad en Europa, en EEUU aumenta. Quizás las incesantes oleadas de inmigrantes siempre han encontrado acogida en las religiones, de ahí que sigan con viento en popa. La infame frase "In God We trust" fue acuñada en 1957. Probablemente el culpable de la intromisión de las religiones en la política fue el pastor evangélico Martin Luther King. En contraste, la República Francesa en 1905 consagró en su Constitución que Francia es un estado laico. El papismo en Francia es una reliquia de museo. En EEUU, todas las religiones gozan de excelente salud. Incluso los musulmanes viven plácidamente. ¿Quizás esto explica los problemas con minorías religiosas en Europa, y no en EEUU?
La visita de Ratzinger es motivo de algarabía para las hordas papistas, más aún con la oleada de inmigrantes hispanos. Pero este sujeto, José Ratzinger, ciudadano de origen alemán, soltero, sin hijos, y de 81 años, enfrentará varias protestas por parte de víctimas de abusos sexuales. Los escándalos han sido varios, y como de costumbre, se reubicó a los miles de degenerados, hasta que la situación se hizo insostenible y la agrupación comandada por Ratzinger debió indemnizar a las víctimas.
La iglesia de Roma deberá trabajar arduamente para evitar la quiebra, ya que sus arcas se están vaciando luego de los jugosos desembolsos a las víctimas (en su mayoría, niños varones).
A ver si un milagro esta vez los salva. Si su ídolo les enseñó a multiplicar los panes y el vino, esta vez tendrá que multiplicar los billetes.
El silencio culpable que guardó esta agrupación al saber la verdad de los hechos les valió el repudio internacional. No olvidemos que la actitud neanderthal de Wojtila hacia las mujeres les significó el desprecio de la comunidad feminista. El inmiscuirse en política, el hermetismo ante el Holcausto judío, y su actitud hiper-reaccionaria hicieron que sus órdenes sacerdotales se desplomaran en menos de dos décadas. Sus templos en Europa se convierten en bares y discotecas. La defensa absurda del celibato los convierte en objeto de burla. Todo se produjo bajo las narices de sus últimos dos directores.
A fin de cuentas, el propio Wojtila, con la invaluable ayuda de Ratzinger, se convirtieron en los principales aliados de la causa antipapista. Mi saludo a ellos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario