sábado, 26 de abril de 2008

Saquémosla

"La venganza es un plato que debe servirse frío". (Oscar Wilde)

Un demente quemó una mona de yeso guardada en la catedral de Santiago. La reacción que generó fue sicopática: "han profanado a la madre de Chile". No señores, no damas. Es una mona de yeso, no es mi madre, y soy tan chileno como cualquiera. Chile es un país laico y no "mariano". Creer que una virgen parió a Jesús es un insulto a la inteligencia. Saquemos todas las monas de yeso, empezando por esa mona gigante situada en la cumbre del Cerro San Cristóbal, que no sé quién la situó ahí, ni sé a quién le pidieron permiso. Sus símbolos religiosos pueden guardárselos en sus propios templos y no necesitan hacer alarde de ellos a toda la ciudad. Saquemos a la Mona de Yeso del San Cristóbal.

La idolatría no conduce a nada. Pero esa figurilla es particularmente odiosa. Adorar tan enfermizamente la virgnidad lleva a demonizar el sexo, y de ahí proviene el maltrato a la mujer. "Ni blancas ni puras" rezaban varias pancartas en la marcha a favor de la píldora. ¿Tanto le cuesta entender a los papistas ultramontanos que la virginidad no es una virtud?

Una marcha que congrega a más de 10 mil personas no ocupa portada en El Mercurio. Pero un guatapique en los baños de la Universidad Andes sí que es portada, y se lleva lugar de privilegio en el epistolario. Y peor aún es ver a los papistas ultramontanos hiperventilando por semenjante artefacto explosivo (apenas un guatapique) que pudo producir daños (apenas es un cariñito). La misma reacción que tuvieron frente al demente que quemó la mona de yeso de la catedral.

Esto me lleva a pensar que debemos remover todas las figuras religiosas que en el pasado analfabeto e ignorante de Chile fueron aclamados como los guías de la nación. Hoy somos una nación próspera, inteligente y pujante que ya no cree en nacimientos virginales: es estúpido creer que una virgen puede parir.

El Mercurio ahora nos recuerda que se cumplen 100 años desde que erigieron esta mona gigante. Llegó la hora de sacarla e instalar en su lugar un monumento a la libertad, o al progreso humano, o a la tolerancia, pero no a la mitología medieval.

Los sectores que más reclaman contra la PDD y que se autodenominan defensores de la vida son los que se oponen al condón (que no es abortivo), a la masturbación (ideología católica) y al sexo fuera del matrimonio. Esa gente vive en otra época, y es hora de pedirles que saquen sus símbolos.

No apoyo la violencia física, porque prefiero la irreverencia máxima que más molesta al papismo: un individuo que piensa por sí mismo. Una bomba en la Universidad Andes no es un acto subversivo. Invitar a sacar la mona del San Cristóbal, así como el payaso en Río de Janeiro, es un signo de que avanzamos como continente. El catolicismo nos arrojó a la pobreza. Hoy, a diferencia del demente de la catedral, en virtud de la autoridad que me da el buen juicio, exijo a los ciudadanos chilenos y latinoamericanos que saquen estas figurilla estúpidas de sus ciudades.

Le llegó su hora final al catolicismo.

Basta.



7 comentarios:

Anónimo dijo...

I hear you...

Cristian dijo...

Carlos,

Ni siquiera por los meritos artisticos y historicos?

Chile Liberal dijo...

Méritos artísticos tiene muy pocos. Es en realidad una estatua bastante fea. Pero no está ahí como obra de arte, sino para exaltar el absurdo del nacimiento virginal a toda la capital.

Preferiría un monumento a la Guerra de Arauco, a la libertad de culto (a la que se opuso la iglesia de Roma), o algún hecho edificante para el intelecto.

Esta mona de yeso gigante se erigió para hace 100 años para conmemorar los 50 años del dogma de la Inmaculada Concepción, hecho que insulta mi inteligencia.

Saquémosla.

Chile Liberal dijo...

El cura Errázuriz dice en este artículo que "está bastante claro que el atentado lo cometió una persona inteligente, capaz, que lo había premeditado", acto seguido dice "Patricio Castro Parada (36), el indigente autor del ataque, no es una persona "del todo sana".

Este sujeto, Errázuriz, no sólo quiere hacernos creer en los nacimientos virginales, sino que cantinflea para referirse al ataque de un loco a una mona de yeso fea, vieja, y sin importancia.

Anónimo dijo...

A pesar de ser ateo no creo que los monumentos, o templos, o estatuas, etc, si tienen merito artistico, como la capilla sixtina por ejemplo, halla que sacarlas. Me parece una exageracion lo que planteas. No podemos prohibir que lo hagan, aunque desde otro punto de vista, estas estatuas siempre son privilegiadamente colocadas... aaa me voy de aki saludos!

Omar Audicio dijo...

Una pregunta, ¿a qué se debe el tono violento? yo creo en la libertad de expresión y no tengo nada contra una expresión fuerte, pero creo que en este caso solo contribuye a que los conservadores se afiancen mucho más en su creencia de que son mejores y a una defensa de la religiosidad exacerbada, que nunca es buena, por mero despecho intelectual.

Saludos.

Chile Liberal dijo...

El problema es que esta mona de yeso gigante fue financiada con recursos públicos, y mantenida aún con dineros de todos. Lo peor es que se desperdicien recursos en celebrar dogmas emanados desde el Vaticano. ¿No tendremos otras formas de gastar dinero? ¿Una estatua de la Libertad, como en Nueva York, por ejemplo?

@Omar: Poco me importan los conservadores, y los insultos a ellos son poca cosa. Ellos gozan de posiciones de poder, y lo ejercen sin remordimiento (ver caso de la Píldora). Nosotros, los ateos militantes, desde siempre hemos sido nobles y hemos defendido el derecho que ellos tienen a expresarse y ha expandir sus creencias. ¿Y cómo nos retribuyen? Con descalificaciones, con prohibiciones, con llamados a la censura, con todos los medios que les da el poder. ¿Así nos pagan?

Una que otra palabra vehemente es absolutamente necesaria. Tú dices el "tono violento", yo no diría "violento". Son ellos los violentos y odiosos. El ateísmo siempre ha sido humano y noble, pero la paciencia se acaba.