sábado, 19 de abril de 2008

Una crítica a Joseph Ratzinger

Éstos tienen un mismo propósito, que es poner su poder y autoridad a disposición de la bestia.(Apocalipsis 17:13)


Hace un tiempo un grupo de profesores y estudiantes boicoteó la presencia de Ratzinger en una universidad italiana. Hoy se habla de protestas por parte de gays católicos. Asociaciones de víctimas de curas pedófilos se han manifestado. Éste último acontecimiento es el más grave de todos.

El Mercurio ha titulado Papa pide perdón un artículo en el cual la palabra perdón no aparece en ninguna parte. Ratzinger se limitó a decir "Ninguna palabra mía podría describir el dolor y el daño producido por dicho abuso", con lo que se ahorró el pedir perdón. Este señor de origen alemán se las sabe por libro. Pero la denuncia de este blog va más allá. Ratzinger no va a pedir perdón porque él mismo organizó el encubrimiento de los curas pedófilos. Desde el Vaticano se ha negado la extradición de curas para que enfrenten la justicia. En todos los casos estos curas han apelado los fallos. Acá no sólo hubo miles de curas pedófilos, sino que una campaña para protegerlos. En el documento Crimen Sollicitationis Ratzinger recomienda que las vícitimas confiesen sus faltas en el confesionario y así eviten la justicia, todo ha sido profesionalmente documentado en el reportaje de la BBC "Abusos sexuales y el Vaticano". La semana pasada otro cura pedófilo fue denunciado en Punta Arenas. La depravación no va a terminar.

Señor Ratzinger: ¿por qué no deja que sus funcionarios se casen, y tengan una vida sexual normal como todo el mundo? ¿No cree que así podrán apaciguar sus impulsos sexuales naturales? ¿Y por qué usted aún no expulsa del Vaticano a los depredadores sexuales denunciados por la BBC, como Joseph Henn, Sean Fortune, entre muchos otros? ¿Por qué usó el documento Crimen Sollicitationis para mantener en secreto a los curas pedófilos, comportamiento documentado desde 1741, cuando se publicó Sacramentums Poenitentiae?

Desde este blog se recomienda leer los reportes de la BBC, cadena que con bastante imparcialidad ha cubierto la gira de Joseph Ratzinger en EEUU.

El poder político
Cuando el señor Mario Fernández, miembro del Tribunal Constitucional de Chile, dice que está "contra el divorcio, porque la Iglesia está contra el divorcio. No tengo idea de las razones teológicas, yo no soy teólogo. Creo en todo lo que dice el cardenal. El es mi autoridad religiosa", debemos estar conscientes que en una de nuestras instituciones democráticas se encuentra presente la voz de Joseph Ratzinger. Y son muchos los políticos que también hacen lo mismo: votan a favor o en contra de leyes simplemente porque así lo solicita el Vaticano.

En EEUU y Europa ha sido muy difícil avanzar en el campo de la investigación científica porque la discusión se ha empantanado gracias al lobby papista. Ya vimos en el film Zeitgiest que la religión cristiana, como todas las otras religiones, se han inventado como herramientas de control social. Y así es. De otro modo, no se explica que desde el Vaticano no se exija a sus adeptos que se abstengan de participar en política. Sólo se ha logrado avanzar gracias a los defensores del secularismo, quienes hemos logrado espacios de libertad a pesar de la oposición férrea que ha ofrecido y ofrece hasta hoy este grupo. A diferencia de los evangélicos, la estructura centralizada del catolicismo romano facilita mucho más las intromisiones políticas. El desplome de las órdenes sacerdotales es la única esperanza que albergamos ante un enemigo tan irracional.

En Texas se aplica la pena de muerte más que en ningún otro lugar del mundo. En Texas se concentran más hispanos que en el resto de EEUU, y es ahí donde el catolicismo ha florecido con inusual fuerza. En dicho estado podríamos aliarnos con el catolicismo romano para luchar contra la pena capital. Pero las alianzas de este tipo son difíciles. En las reuniones entre Joseph Ratzinger y George W Bush probablemente se habló de la influencia de Satanás en el mundo y de cómo impedir el aborto y la investigación en células madre. Ningún reproche a la pena de muerte.

7 comentarios:

Flo dijo...

"Echémosle tierra encima", debió titularse el comentario de El Mercurio. Claramente el mayor dolor no lo ha sufrido la iglesia, sino los que buenamente creyeron en ella y salieron heridos, en muchos casos, por el resto de sus vidas. Es un descaro que el papa pida reconciliación y otras palabrejas afines a algo que no se borra sólo porque él quiera. La evasión a la justicia por parte de los sacerdotes pedófilos y la protección que les es brindada por la iglesia es algo que no tiene nombre y que produce repulsión, rechazo absoluto y vergüenza a quienes alguna vez nos hemos declarado católicos.
Respecto de quienes obedecen ciegamente, sin cuestionarse o sin reconocer que se cuestionan, es preocupante. Al menos tratándose de adultos que se creen inteligentes y entendidos. Y peligroso cuando esas personas tienen la posibilidad de dictar las leyes en un país.
Mucha gente cree que se condenará en el infierno si dice una sola palabra en contra de la iglesia, sin darse cuenta de que son sólo hombres los que la componen y que ellos interpretan los designios y voluntades de Dios a su criterio, olvidando que no hay fórmulas exactas ni teléfonos directos para saber si la cosa es realmente así.
Me encantaría leer alguna columna tuya acerca de la pena de muerte.
Saluti.

Chile Liberal dijo...

Florencia: Me encontré con este artículo en el legendario Icarito. En el país donde se aplica impuestos a los libros, estas iniciativas son loables. Pues en ella se nos recuerda le gestación del estado laico chileno, al cual la iglesia de Roma se opuso con ferocidad mediante su brazo político: La Revista Católica. Si en Chile tuviésemos un artículo consagrado en la Constitución declarando que Chile es un estado laico (como en la constitución de Francia), el fallo del Tribunal Constitucional habría quedado nulo, simplemente porque contraviene a la constitución el que uno de sus miembros diga que vota según lo que dicta el Vaticano. No olvidemos que ese señor es afín a la Concertación.

En Chile hay un problema gravísimo y es que varios ponen "su poder y autoridad a disposición de la bestia".

En cuanto a Ratzinger, él ha dicho que no hay palabras para explicar el dolor de los abusados. Pero culpó también a la sociedad permisiva. Aún no pide perdón, y no lo hará, porque tal como lo dice la BBC en su funa, fue él quien colaboró en el encubrimiento cuando el escándalo se supo por allá por los años 60.

Veo que algunos se escandalizan por quemar la mona de yeso del Carmen, "patrona de Chile". Bien raro eso, porque yo soy chileno y hago caso omiso de una estatua que un grupo de viejujas pasea por las calles, más aún cuando su virginidad proviene de un error de traducción.

En cuanto a la pena de muerte, desde luego me opongo. La iglesia de Roma no dice nada en EEUU porque sólo abre su bocota para interferir con cuestiones de conciencia como el aborto y la PDD. Ratzinger dice defender los Derechos Humanos, pero aún no he encontrado nada suyo sobre la pena de muerte.

Mishca dijo...

A mi ese señor me da entre verguenza y asco, envestido en su tunica blanca, fingiendo cara de santo, hablando sobre "crimenes" contra la vida, imponiendo su vision retrograda, sexista y castradora a todas sus ovejas, hablando de amor al projimo, y por detras orquestando de manera majistrar la forma de liberar a pedofilos de las penas que merecen, incluso si eso significa amenazar a las victimas.
Este señor, que de santo no tiene nada, tiene muy poca verguenza a la hora de presentarse como el mensajero de dios en la tierra con todos su oscuro pasado a cuestas.
La iglesia catolica es lejos la peor catastrofe que le pudo ocurrir al mundo...
A dios rezando y con el maso dando, esa parece ser siempre su lema.

E. San Martín dijo...

Concuerdo con ustedes, concuerdo enla hipocresia de la iglesia católica, en que predican y no practicas,en que promueven practicas arcaicas, dicen defender los "Derechos Humanos", que harto prostituidos que están, pero en realidad única y exclusivamente velan por su seguridad económica y política, pero tengan todos la certeza, que más temprano que tarde, su opinión será tan insignificante que ya no serán problema, poco a poco, el catolicismo pierde fuerza, pasaronde dominar el mundo en la edad media, a influir en él, como el caso de Chile, que dice ser un país laico, sin embargo, en cada escuela del país, en enseñanza básica está la asignatura "religón", que en realidad debería llamarse "Catolicismo"; ya que es eso en realidad de lo que habla, y alos alumnos les dicen "si usted no es católico, puede excluirse de la clase", no obstante, debes estar allí escuchando las parábolas de Jusús, y lo digo por experiencia propia, en fin, mi blog es relativamente reciente, pero espero que sirva d algo alq ue lo lea, ojalá puedan pasarse a dejar su comentario.

E. San Martín.

Chile Liberal dijo...

@E. de San Martín: he estado leyendo tu blog, disculpa que no postee pero estoy escaso de tiempo. Si quieres te añado a la lista de blogs recomendados en Chile Liberal (avisa si quieres aparecer como Amigo o Contradictor)

Por ahora destaco una cita del gran Richard Dawkins:

"Si desde pequeño te adoctrinaron para que seas creyente, pero así todo hoy eres ateo, considérate a ti mismo un individuo de intelecto superior".

Anónimo dijo...

Que horrible que hablen así del Santo Padre, realmente horroroso. En cuanto a lo de "Crímine Sollicitacionis" (no sé qué es más grande, si la ignorancia o la malicia de los que lo afirman) les puedo decir que en ese documento SE MANDA DENUNCIAR EN EL PLAZO DE UN MES BAJO PENA DE EXCOMUNIÓN por si es que ustedes no lo sabían, y el documento no fue redactado por el entonces Cardenal Ratzinger, sino por el Santo Padre Juan XXIII (EN EL AÑO 1962!!)... unos cuantos datos nada más para ilustrarles.

Flo dijo...

Anónimo: Por favor explícame en qué mejora la situación de los abusados el que el "Santo Padre" o quien fuera amenazara con excomunión. Eso en nada equivale a una disculpa por parte de la Iglesia o un reconocimiento de lo que permitieron y siguen permitiendo que suceda.
Ilústranos un poco más, oh ignorantes de nosotros.