viernes, 23 de marzo de 2007

Vino en Argentina y Chile: Las torres gemelas en los vinos

Las exportaciones de Argentina a EE.UU. están creciendo mucho más rápido que las chilenas. Podría ser porque sus vinos son del gusto de los norteamericanos.


Argentina está alcanzando a Chile en la producción, pero no tan rápido como podría hacerlo.


The Economist

A principios de este mes, unos 70 mil visitantes descendieron en Mendoza, la capital de los vinos de Argentina, para el festival anual que marca el comienzo de la cosecha. Los locales repletaron los cerros que rodean el anfiteatro de la ciudad, para así ver los bailes y procesiones de bellezas. Tenían mucho que celebrar: en los últimos 4 años, las exportaciones de vino de Argentina han más que duplicado su volumen y han triplicado su valor.


Hasta hace muy poco, Argentina era casi inexistente para los aficionados del vino. Eran grandes productores de vinos de mesa de baja calidad para el consumo local. Y eso está cambiando, especialmente después de la devaluación de 2002. Se ha derramado inversión extranjera, y las exportaciones se han elevado. Gracias a la llegada de productores de vino extranjeros se ha mejorado la calidad.


Con una sola mirada a través de los Andes, donde sus altas y nevadas cumbres forman una caída impactante hacia las festividades de Mendoza, se encuentra Chile. El vecino país se convirtió en un importante exportador de vinos hace una docena de años antes que Argentina. Y aún tiene ventaja.


Uno podría pensar que Argentina podría ganar esta batalla sin levantar las manos. Es el quinto productor más grande del mundo y tiene interminables tierras propicias para ello. Los productores chilenos envidian la uva Malbec de marca registrada, que produce un potente vino tinto y que se ha hecho conocida en el mundo. Frescos y perfumados blancos hechos con uvas torrontés, principalmente en los alrededores de Salta, son similarmente distintivos, aunque menos complejos. Por el contrario, Chile exporta principalmente variedades estándares, como el Cabernet Sauvignon y Chardonnay, ampliamente producidas alrededor del mundo. Su única variedad propia es el Carmenère, de la que es mucho más difícil hacer un buen vino.
Las exportaciones de Argentina a EE.UU. están creciendo mucho más rápido que las chilenas. Eso podría ser porque sus vinos robustos y frutosos son del gusto de los norteamericanos. Wine Spectator, la biblia para los aficionados norteamericanos, le da puntuaciones de 90 puntos o más (de un máximo de 100) a 172 tintos de Argentina en comparación con 138 de Chile.


Fortalezas
Pero Chile tiene poderosas fortalezas propias. Una abundancia de diferentes terruños anida entre sus numerosos valles; tiene brisas frescas del Pacífico, que permiten producir por igual, elegantes vinos blancos o tintos. Y el año pasado Wine Spectator le dió 96 puntos a Don Melchor 2003, el mejor Cabernet de Concha y Toro, la mayor empresa de vinos.
La mayor estabilidad económica de Chile también ha ayudado. "Para los vinos de calidad se necesitan unos 15 ó 20 años para que la inversión madure", dice Aníbal Ariztía, de la principal asociación de viñas. Desde 1995, el área con cultivos de vinos se ha duplicado llegando a 100 mil hectáreas. En Argentina el área total se ha mantenido estática.


Quizás la ventaja más importante de Chile es su vocación exportadora. Su red de acuerdos de libre comercio ha ayudado, en parte por la fuerte cobertura de medios (a veces negativa), que se ha generado en los países importadores. Las exportaciones de vino desde Chile a Corea del Sur se elevaron cuando los agricultores hicieron demostraciones contrarias a los acuerdos comerciales. Wines of Chile, un órgano comercial, abrió oficinas cerca de Londres en 2002. Desde entonces, la participación de mercado en Inglaterra (el mayor importador de vinos del mundo) se ha elevado desde un 5% a un 7%, dice Ricardo Letelier, su gerente general. Planean abrir una oficina en EE.UU. y esperan impulsar las exportaciones mundiales a US$ 1.200 millones para 2010.


Chile ha construido una reputación por consistentes vinos a buen precio. Pero su gente de marketing se preocupa de que su habilidad para obtener mejores precios se vea restringida por la ausencia de una imagen de país más clara. "Argentina tiene el tango, Evita y Maradona; Chile no tiene ningún equivalente", dice Patricio Tapia de Wine & Spirits, una revista de NY.


Las exportaciones de vino de ambos países -especialmente de Argentina- tiene potencial para seguir creciendo. Pero no todos los productores prosperarán. En Chile están peleando con una moneda fuerte (el resultado de los altos precios del cobre). Letelier calcula que dentro de los 150 exportadores del país son pocos los que están logrando manejarse con los sobrecostos del momento.


Los productores de vino de Argentina pueden enfrentarse a mayores dolores de cabeza. Las utilidades récord han atraído un flujo de nuevas inversiones. Pero la inflación de 2 dígitos ha hecho que los salarios y los costos de algunas cosas se eleven. José Manuel Ortega, de O. Fournier, una viña española de Mendoza, calcula que los costos de construir una viña se han cuadruplicado en términos de dólar desde 2002. Parte de los futuros obstáculos es un 5% de impuesto a las exportaciones de vino y la ausencia de interés por parte del gobierno en lograr acuerdos de comercio. Eso va a llevar a un remezón: Mendoza por sí sólo tiene más de 800 productores separados. Pero por ahora la innovación y variedad continúan floreciendo a ambos lados de la cordillera de los Andes.
Ver original Vino's Twin Peaks

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los aficionados a los vinos argentinos y chilenos pueden tener interés en la revista Cataciegas, www.cataciegas.com.ar. El director es un enólogo chileno residente en Argentina.

Unknown dijo...

no hay como elvino en caja jajajajaja

saludos y salud mister liberal
sipo, con vino en caja

o vino en polvo jajaja

chaus

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me aborté